martes, 23 de agosto de 2011

Me dediqué a no verle


Te enteraste de que marché en busca de sueños. Siempre temí que esos sueños no te iban a dejar nunca ser para mi, ni de nadie. Me hubiera gustado verte una última vez, poder mirarte y decirte cosas que no sé contarle a una carta. Nada salió como lo habíamos planeado. Te conozco demasiado y sé que no me escribirás, que ni siquiera me enviarás tu dirección. 
Te escribo a escondidas, sin que nadie lo sepa. Alguien de confianza me ha prometido que te enviará esta carta. No menciono su nombre para no comprometerle. No sé si te llegarán mis palabras. Pero si así fuera y decidieses volver por mí, aquí encontrarás el modo de hacerlo. Mientras escribo, me imagino en aquel tren, cargado de sueños y con el alma rota, huyendo de todo y de todos. Hay tantas cosas que no pude contarle. Cosas que nunca supimos y que es mejor que tú no sepas jamás.
No deseo nada más en el mundo que seas feliz, aunque me olvides con el tiempo espero que algún día llegues a comprender lo mucho que le quise.

Siempre,


Granada