En realidad no es tan grave, solo que el ser idiota le pone a una completamente a parte de los demás.
Eso de lo que ella no quiere hablar se halla en esas pocas líneas. No lo ha tenido nunca. O sí. Porque no es y no puede ser simple afecto. No se trata de costumbre o amabilidad. Es locura, es la tormenta que despierta al corazón, la luz que surge de noche en pleno atardecer, las ganas de despertarse por la mañana para mirarse a los ojos. Cuando el corazón se decide, cuando tiene el coraje de cambiar de camino, no se debe esperar. Que yo jamás le robaría una madrugada..
.. porque mucho y demasiado es un error.