miércoles, 26 de enero de 2011

Un día cualquiera de Enero..


Nos pusimos de acuerdo hace tiempo, sin saberlo ninguno de los dos, cantando y escuchando las mismas canciones. Encontramos el uno en el otro aquello que buscábamos, y un día decidimos compartirlo para siempre. Apostamos por el hedonismo, el amor y la amistad. 

Cansada de vivir y escuchar historias de amor que poco tenían que ver con el concepto que tengo de esa palabra, nació este guiño para quien por fin lo haya conseguido..

lunes, 17 de enero de 2011

¿Bailamos?

 Ella espera que pase ese momento, que todo sea como antes, que todo esté de nuevo en orden, que vuelva ese equilibrio sano y moderado que les acompañaba siempre. Y se acercan sus anhelos en forma de sombras. ¡Cómo las envidio! Se dicen cosas bonitas, pero de un bonito..., cosas que no puedo decir de lo bonitas que son. Luego, lanzo un suspiro y me parece haber liberado un puñado de pensamientos, y me siento mejor. La edad. Aquello que tanto temen algunos. ¿La edad? 

Un simple estado de ánimo..

viernes, 14 de enero de 2011

Pasos en la arena


Y me quedo así, mirando fijamente el mar lejano, ese mismo mar que me ha hecho compañía durante años. Y que ahora echo de menos. Como muchas otras cosas, por otro lado. Como las ganas de tener aún sueños e incertidumbres, y miedos e indecisiones, y entusiasmo. Y de no sentirme traicionada. En mis ideales, en mi físico, en el mundo que me rodea. En las esperas, en la esperanza de que alguien me sorprenda. Eso es, querría volver a quedarme sorprendida y encantada, como antes, al descubrir algo que me deja sin palabras, algo que yo no podría haber imaginado jamás.

domingo, 9 de enero de 2011

Donde habita el recuerdo


Ahí viene. Mi padre. Viene de lejos, como siempre. Más guapo que nunca. Más joven, más relajado, más tranquilo. Más sonriente. Lo veo llegar a lo lejos. Lleva la bolsa de mano de entonces, de un color cuero cálido, casi rojizo. La sujeta con orgullo bajo el brazo, agarrándola con la mano de un extremo. Me sonríe y se acerca. Parece más joven todavía. Me pone la mano en la cara como ha hecho siempre, sabe que me encanta el aroma que emana de ella. Lo hacía con tanto amor que casi me turbaba. Al contrario de cuando intentaba sacarme fotos. Intentaba escapar cada vez. Para él tenía mucha importancia y yo resoplaba. No me gustaba nada quedarme quieta y posar. Entonces. Una cosa es segura: ahora le concedería el tiempo de sacarme todas las fotos que quisiera. 

Y me mira con esos ojos que no puedo olvidar, que veo tal vez cada mañana en el espejo, pero que hoy me conmueven. ¿Los míos? ¿Los suyos? No lo sé. Está muy joven. Como yo nunca pude conocerlo. Tal vez porque entonces yo no existía. Él aún no había decidido hacerme este regalo..

viernes, 7 de enero de 2011

Que yo le vi primero

Era la primera sonrisa por las mañanas, y la alegría a lo largo de los días. Con él nunca resultaban aburridos ni tristes. Ella se iría algún día de allí, tendría que separarse de ellos, romper aquel precioso lazo que había surgido del tiempo vivido. Pero la recordarían siempre. En medio de la neblina en la que el tiempo envuelve la memoria, su voz aguda y el olor a jabón y mermelada de fresa. Y cuando alguna vez escucharan su canción, se despertaría en ellos una inexplicable nostalgia, la añoranza de las tardes soleadas en el Parque de Lorca enrojecido con sus decenas de flores centelleantes, tumbados bajo la falda de la Alhambra, tomando un té a las tantas de la noche, deseando volver a amanecer en esa ciudad. 

La sombra borrosa, ya sin rostro, de una joven de la que emanaba una maravillosa aura de tranquilidad y protección, y que cantaba para ellos, sólo para ellos, esas mismas canciones antiguas..

..cerrando los ojos llego