jueves, 7 de julio de 2011

Jugando a vivir



A ella le gustaba esta canción

Que no me nieguen el último trago. Que no me perdone nadie la vida. Que sobre los paquetes de tabaco se impriman poesías. Y poder volver a tropezarme con la misma piedra. Que vuelva a llover sobre mojado. Y en los charquitos salten las ranas. Que siga el corazón desengañado, sin darse de baja.Que no me pierda el miedo a perderte. Y la verdad no me quite el sueño. Que siempre se tiente a la suerte con el primer beso. Que las promesas no vayan a misa. Y no haya favor por favores. Que los enamorados se rindan sin condiciones. Y jugar a vivir y jugarse la vida. Y volver a morir por las causas perdidas.

Que lo único que nos impida ser libres y felices sea la muerte y que todavía no se haya dado cuenta de nuestra existencia..

lunes, 4 de julio de 2011

Tuve que correr

En cualquier baile de disfraces el que más y el que menos se compra una máscara. El disfraz es lo de menos, tan solo quita el frío y la vergüenza; pero he aquí que vengo a resaltar la importancia de las máscaras. Están tocadas de una vieja treta: ocultar la mirada y transformar los reflejos de los espejos. Y ahí empieza lo bueno. Puedes ser quien te de la gana, desde un asesino a sueldo que cose palabras a balazos o un tipo triste, manchado de soledad, que busca en los rincones más perdidos del universo algunas pupilas donde reconocerse. Y nuestras pupilas coincidieron una vez, tú con tu máscara y yo con la mía. O tal vez eran nuestros rostros. O un sueño. O una mentira. Qué más da marrones o azules marino, lágrimas de vino o cristales rotos. Solo importa la magia, cuando existió, porque fue de verdad. ¿El ahora? No soy adivina, no me pidas más esfuerzos. Nosotros queríamos cambiar el mundo y desde luego no lo conseguimos. Ahora lo que intento es que el mundo no me cambie a mi.

Por no saber, no sé ni tan siquiera la máscara que visto ahora.