domingo, 24 de octubre de 2010

Mi elegido

Y basta eso, su abrazo, para que se sienta un poco más tranquila. Un suspiro profundo, lento. Y otro. Y otro más.

Y se van sin más, en el silencio de una noche hecha de espera, de miedo, de impotencia, de esperanza. De la certeza de un mañana, eso está claro, pero de un mañana que puede no serlo para todos. ¿Cómo es la vida? Qué raro cuando no estamos distraídos, cuando no tenemos tanta prisa, cuando sabemos detenernos. Y sonreír. Y comprender. Y cerrar los ojos. Y notar incluso los segundos que corren por nosotros. Y saber vivirlos a fondo. Y saborearlos con una sonrisa, con una preocupación, con esperanza, con deseo, con claridad, con cualquier duda. Pero saborearlos. Saborearlos a conciencia.

"..y quisiera una magia que se encendiera por la mañana y no se apagase por la noche. Alguien a quien mirar y a quien decir las cosas que aquí escribo.."

lunes, 18 de octubre de 2010

Y si..


Son tres letras que en sí mismas no suponen ninguna amenaza. Pero si las colocamos juntas, una al lado de la otra, podrían atormentarnos el resto de nuestra vida. 

Y si..
 y si..
 y si..

No sé cómo terminan la mayoría de las historias, pero sí que reinan grandes amores. Porque nunca es demasiado tarde. Si entonces fue grande, ¿porqué no iba a serlo ahora? Sólo hace falta valor.
No sé qué se siente al amar como Julieta. Un amor por el que se abandona a los seres queridos. Un amor por el que se cruzan océanos. Pero quisiera creer que si alguna vez lo siento, tendré el valor de aprovecharlo.

martes, 5 de octubre de 2010

Aunque nadie lo sepa

Pequeñas olas rompen lentamente. Van y vienen, respiración regular del mar profundo y oscuro que nos observa de lejos. La luna alta en el cielo ilumina las siluetas. La playa se pierde lejana entra las manchas oscuras de los montes. Envueltos en la oscuridad siguen caminando, en esa suave alfombra mojada. Al llegar a la mitad, se detienen. Se encuentran andando cerca, solos, rodeados de aquella paz. Ella se dirige hacia la orilla. Pequeñas olas de plata rompen ante su mirada. Acaba contra él. Sus brazos la acogen, seguros. En aquella luz nocturna aparece su sonrisa. Sus ojos azules miran divertidos. Él se acerca lentamente, abrazándola, la besa. Le pasa una mano por el pelo y se lo echa hacia atrás descubriéndole la cara. La mejilla pintada de plata, pequeño espejo de la luna que está allí arriba, esboza una sonrisa. Otro beso. Nubes lentas pasean en el cielo azul noche. Tumbados sobre la arena fría, abrazados. Mientras, las manos llenas de pequeños granitos de arena se buscan..

 ..divertidas