domingo, 9 de octubre de 2011

Hoy, noveno día de un mes..



Me despedí de él a media voz, agradeciéndole su tiempo y ofreciéndole mi sonrisa cordialmente. Me puso sus manos sobre los brazos, se inclinó y me besó la mejilla. Nos miramos en silencio y esta vez me aventuré a buscar sus labios, casi temblando. Me pareció que se entreabrían y que buscaban mi rostro. En el último instante se retiró y bajó la mirada.

- Creo que es mejor que me vaya- susurré.

Y antes de que él pudiese decir nada cerré la puerta. Me quedé en la acera inmóvil unos instantes, preguntándome qué había sucedido allí dentro. Finalmente, como tantas otras noches le dediqué un saludo de despedida y me lancé escaleras arriba. Cuando llegué a mi casa todavía llevaba su rostro, su voz y su olor clavados en el alma.