jueves, 2 de junio de 2011

Hoy te vi pasar

Esa persona. Ese rostro que miras de noche y de día. Por el que tus ojos se acostumbran y no suelen ni darse cuenta de que está. O sí. Da igual. Y de repente ¡zas! Como si de un sueño se tratase entras en un estado de encanto y no puedes dejar de mirar, de observar, de espiar. Te atrae. Te condena a su dulzura. Escuchas melodías. Eso sí, bonitas. Bonitas como su sonrisa, su boca, sus manos y sus mejillas. Bonitas como su voz. Esa voz dulce, elegante y decidida. Sobretodo decidida.

A veces lo normal puede ser extraordinario..