domingo, 24 de octubre de 2010

Mi elegido

Y basta eso, su abrazo, para que se sienta un poco más tranquila. Un suspiro profundo, lento. Y otro. Y otro más.

Y se van sin más, en el silencio de una noche hecha de espera, de miedo, de impotencia, de esperanza. De la certeza de un mañana, eso está claro, pero de un mañana que puede no serlo para todos. ¿Cómo es la vida? Qué raro cuando no estamos distraídos, cuando no tenemos tanta prisa, cuando sabemos detenernos. Y sonreír. Y comprender. Y cerrar los ojos. Y notar incluso los segundos que corren por nosotros. Y saber vivirlos a fondo. Y saborearlos con una sonrisa, con una preocupación, con esperanza, con deseo, con claridad, con cualquier duda. Pero saborearlos. Saborearlos a conciencia.

"..y quisiera una magia que se encendiera por la mañana y no se apagase por la noche. Alguien a quien mirar y a quien decir las cosas que aquí escribo.."