miércoles, 3 de febrero de 2010

¡Pom!

La mujer armada vuelve a la batalla. Como si de antaño se tratase, a una guerra esta vez menos sangrienta, pero más dolienta. Prueba sin ningún tipo de arma. Ella. Sola. Ante el peligro.
Capaz de resolver los problemas ajenos. Incapaz de ver el redondo de su ombligo, que grita sin cesar - te necesito-.

Y no es tanto el ver como se disipan las realidades mundanas, como saber que perteneces a un grupo selecto de esa sociedad. No deseo pertenecer a nada. No deseo luchar contra nada. No. No lo deseo. Ahora sólo deseo vivir en mi burbuja. Aunque sólo sea un momento. Ya lo sé. Que evadirme de la realidad sólo me trae problemas. Esos que otros intentan arreglar, sin comprender que son de mi propiedad y que no comparto. Avariciosos les digo. Déjenme a mi con los míos. Ustedes váyanse con los suyos, que pocos no serán.

..hasta que la burbuja se explote, déjenme vivir tranquila.