martes, 19 de enero de 2010

¿Me quiere? ¿No me quiere?



Pues claro que te quiere. A su manera, pero te quiere. ¿Por qué nos empeñamos en deshojar margaritas cada vez que nos planteamos un nuevo idílio amoroso?
Me quiere, no me quiere, me vuelve a querer, me vuelve a no querer.. Y así nos pasamos casi toda la vida, tentando a la suerte dañando flores. Y nos damos cuenta, aunque ya tarde, de que ellas nos regalan esos amores. Esos que anhelamos. La conquista de un amor empieza con un perfume. Un aroma que lo atraiga hacia ti. Tal vez azahar. Y que cuando vuelva a percibirlo, en otro momento, en otro lugar, te sienta cerca. Pero esa conquista no acaba, las flores siguen su curso, y ahora piden una lluvia de rosas..

.. rodeada de pétalos